La imagen es de Sydney Sie. El texto lo escribí un sábado para los viernes creativos de Escribe fino.
Sé que me llaman estrecha. Nunca a la
cara, por supuesto, pero noto la distancia, la indiferencia, desde el
saludo inicial de cada hombre que me presentan. Es como si llevara un
letrero impreso en la frente que avise a todos los navegantes de que
no debe perder el tiempo conmigo, de que es imposible separar esas
piernas tan bien alineadas y avivar algún fuego, por mucho fuelle
que se emplee. Nueve de cada diez que superan el primer hola, se
excusan con cualquier pretexto para evitar mi compañía.
Lo peor sucede, sin embargo, cuando
llega el décimo, el conquistador, el que nunca se rinde. El que
desplega todas sus armas y las utiliza, una a una, mientras yo sonrío
y ladeo la cabeza. Mientras siento como una especie de cremallera,
formada por dedos humanos, trata de separar lo que debe permanecer
unido.
-.-